Kim Jae Joong fanfic

Ya era de noche en España, mi vuelo acababa de aterrizar y no sabía a dónde dirigirme. Ví a lo lejos la salida llena de taxis, por lo que camine lentamente allí. Estaba cansada y me sentía sucia, pues había pasado más de 10 hs en el avión muerta de pánico por ser mi primer viaje largo.

Es verdad… este había sido mi sueño, viajar por todas partes y que me paguen al mismo tiempo, para eso había estudiado y para eso había luchado.

Finalmente llegué al hotel, un empleado de allí recogió mis valijas y me señaló por dónde ir. Parecía ser nuevo en el lugar, pues hasta nos perdimos  varias veces tratando de encontrar la habitación indicada. El hotel era enorme y muy moderno, por todas partes había jardines internos y pasadillos  que se iban conectando dando lugar a las habitaciones. Parecía un lugar sólo para millonarios, la verdad que había tenido mucha suerte al ganarme aquel concurso de diseño.

Me entregó una tarjeta magnética y luego se retiró. Hasta ese momento no hice amague de entrar al dormitorio, aquel lugar era tan hermoso que me dejaba deslumbrada y quería verlo todo, supongo que eso también por mi fascinación con los detalles y las estructuras.  Pero al cabo de un rato me inundó el sueño y abrí la puerta. Estaba todo oscuro dentro y se escuchaba el sonido de la tv prendida. Me pareció extraño esto pues ¿en qué hotel dejan la tv prendida?. Continué caminando unos pocos centímetros rozando la pared hasta que encontré el interruptor.

Cási me agarra un paro cardíaco a ver a un chico acostado con las piernas flexionadas  y mordiendo su buso en mi cama. No sólo eso, ese chico me era alguien familiar, alguíen por quién había soñado tiempo atrás cuando todo lo que me estaba sucediendo ahora era un mero sueño, una meta de vida.  Pero no fue por tener a un chico lindo en mi cama el paro cardíaco, sino que fue por el susto.

Kim Jaejoong me miró asustado y rápidamente dejó de morder el buso y apagó la tv. Lo siguiente que sucedió fue llamar a los encargados del lugar y reclamar por habernos asignado la misma habitación. Para mi desgracia, o no tan desgracia, una pareja se estaba casando en el lugar por lo que toda su numerosa familia estaba alojada en el hotel y tendríamos que compartir el cuarto por esa noche, pues mi beca sólo me pagaba ese lugar  y no tenía dinero para irme, y los fans de Jae rodeaban el lugar, por lo que tampoco podía cambiar de hotel.

Por suerte sabía algo de inglés asi que podíamos entendernos y fijar nuestros lugares.

-¿Qué vamos a hacer?¿ dónde va a dormir cada uno?- dijo Joong

- No sé, primero preferiría bañarme si no te molesta

Junte algo de ropa y me fui nerviosa al baño. Lentamente pensé todas las posibilidades, no tenía ganas de dormir en el piso, mi espalda ya había sufrido bastante por estar mucho tiempo sentada y, además yo era la chica, la dama, la que tenía que dormir en un cómodo colchón. Apagué la canilla y me propuse a cambiarme, cuando me dí cuenta que me había olvidado la remera. No sabía qué hacer, siempre había sido tímida y nunca había dormido con un hombre… en la misma habitación. Finalmente, me puse el toallón alrededor de mi cuerpo y le hice señas a Jaejoon mientras le decía que mire a la pared contraria.

Salí de puntiras de pié y, mientras que, con una mano sostenía lo que me cubría; con la otra, trataba de abrir el cierre y sacar una remera lo más rápido posible. Cuando la encontré me dí la vuelta para asegurarme que Jae no estaba viéndome y correr nuevamente hacia el baño. Me levanté, giré un poco y ví que lo había mandado a ver una pared que tenía un ventanal y que, por ser de noche, era como un espejo. De repente note que me comenzaba a sonrojar, Jae estaba sonriendo y mirándome por el reflejo. Salí corriendo hacia el baño y no salí de allí hasta que pensé que iba a ser peor si me quedaba allí.

Nunca use piyama, por lo tanto, tampoco me había comprado uno para este viaje. En ese momento me arrepentí mucho de esto, ya que estaba con una calza corta y un remerón frente a otra persona. Jae me miró de arriba hacia abajo y de nuevo me sonrojé. Este día estaba tímida por demás.

-          Yo… yo voy a dormir en el piso- dije finalmente y contradiciendo mi pensamiento razonable

Jae Joong no hizo nada para contradecirme y dejó que me acomodara en el piso duro. Quería quedarme despierta, quería controlar que no me pasara nada, pero estaba tan cansada que bien apoyé mi rostro contra la almohada me quedé totalmente dormida.

Cuándo me desperté la mañana siguiente comencé a estirarme, nunca había dormida tan cómodamente y la cama era tan grande y las sabanas tenían rico perfume, un perfume de hombre. Me levanté asustada y me di cuenta que estaba sobre la cama y, en la mesita de luz había una nota que sólo decía:

“Es lindo verte dormir”